Zapatos 100% reciclables

Ernesto Segarra, un emprendedor valenciano, ha diseñado los primeros zapatos biodegradables que al final de su uso se convierten en compost para el jardín. Un ejemplo de industrial concienciado con el medio ambiente.

A Ernesto Segarra el diseño de zapatos le viene de familia, su bisabuelo Silvestre Segarra ya fabricaba alpargatas (20.000 pares al día) y ha crecido entre cueros y espartos. En 1980 creó la firma Snipe (http://www.snipe.com/en/shoefeatures), tomando el nombre en inglés de un ave, la agachadiza común, que se caracteriza por su largo pico que emplea para alimentarse en el fango de moluscos y gusanos. Segarra cuenta que este nombre le recuerda a la naturaleza, el aire fresco y el mar, que son todos elementos 100% sostenibles, como sus zapatos.

La primera idea de un zapato 100% reciclable la tuvo en 1993, ¡hace ya 20 años! Sin embargo, Segarra comenta que el mercado no estaba preparado para este tipo de demanda y los materiales para su fabricación no estaban perfectamente desarrollados.
Gracias al trabajo de las Universidades de Vigo y la pública de Navarra, así como al especialista en reciclaje Alfonso del Val, la gama Snipe 100 ha visto la luz.

La base de los zapatos 100% reciclables que se pueden convertir en compost es que el cuero que emplean en su fabricación está libre de cromo, por lo que no es tóxico. El cuero para el calzado normal está teñido con tintes que contienen cromo, un elemento nocivo para el ser humano, mientras que los Snipe están curtidos con titanio. Además, todas las partes metálicas de este zapato no contienen níquel y tanto las suelas como los cordones están fabricados con materiales naturales. Como toque final las partes fabricadas con plásticos proceden de botellas de PET recicladas.

Una vez que el zapato esté gastado, se puede trocear y humedecer para introducirlo en una compostadora con el resto de residuos orgánicos y pasados cuatro o cinco meses se habrá convertido en un abono para el jardín. Se calcula que en 2014 se consumirán en el mundo 20.000 millones de zapatos, lo que supone un problema medioambiental si no se tratan de forma adecuada al final de su uso. La mayoría terminan en incineradoras. Snipe es un ejemplo de cómo cambiar esta realidad hacia consumo más sostenible.